viernes, 21 de agosto de 2015

Las fotos que perdí

Por estos días mi pc esta en la unidad de cuidados intermedios y amenaza con abandonarme. 

Fueron días tristes en los que tuve que decidir que partes de mi vida borraba para poder continuar, EL RESPALDAR, EL BORRAR… decisiones un tanto bruscas si considero que mucha de mi vida estaba ahí, fotografías del ultimo año, la música que me ha acompañado en todo este tiempo, los videos de mi sobrina… mis sucedáneos de la tele, En fin “escritos” que me he dedicado a desenterrar, las paginas que visito con mayor frecuencia, trabajos de la universidad. 
De pronto todo eso bailaba frente a mis ojos, y tuve que decidir con que me quedaba y que mandaba a la papelera de forma definitiva… 
…y contemple la otra parte las posesiones, la avaricia, el retener mas allá de lo sano (la decisión se hizo necesaria) y sufrí por mi computador, también por mi, sentía pena de desprenderme, de cosas sin mucha importancia… y comencé a envidiar a las personas que pueden desprenderse con mayor facilidad, y me pregunte ¿si retener no es también negativo? Es decir, si arrastrar con todo, todo el tiempo no resulta poco sano, y al pensar esto se me vino la imagen de la película “THE MISSION” donde un mercenario recorre un camino abrupto de laderas verticales cargando con su armadura. Cuando llego a la parte plana y menos difícil, alguien corto su carga, bueno en fin, no necesitaba su armadura ni su espada y solo le dificultaron el camino. ¿Cuántas veces las posesiones no son eso? Obstáculos que nos permiten avanzar, y ante eso, donde esta el equilibrio entre el poseer y el desprenderse, donde la virtud se vuelve defecto o viceversa. 

Y no pude dejar de pensar que tal vez en el dolor de las decepciones pasadas, cometí la impertinencia de juzgar a otros y su forma de relacionarse con las cosas. 

jueves, 20 de agosto de 2015

¿En que estaran convertidos mis viejos zapatos?

¿A donde va el equipaje que no queremos cargar? 

Cada vez que enfrentamos una experiencia nueva, es imposible no arrastrar toda la historia previa, la “zona de desarrollo real” (con todo lo cuestionable que puede ser la realidad) lo que quiero decir es: aunque queramos, ¿podemos realmente olvidar el pasado, principalmente aquellas historias mas dolorosas, esas que nos han lastimado y dejado heridas importantes? ¿Es posible vivir sin recordar el sufrimiento? ¿El olvido es el mejor camino? ¿Existe algún procedimiento psicológico o emocional que garantice la ausencia de dolor? 

En un mundo donde cada día es mas fácil ignorar el dolor y las molestias, - tenemos pastillas para casi todo, dormir, no comer, comer, despertar… o procedimientos quirúrgicos, ser mas jóvenes, ser mas flacos, mas lindos…- ¿Estamos avanzando realmente hacia el progreso?, quiero decir, o mas bien preguntar, ¿No estamos negando una parte importante de las funciones adaptativas del ser humano? ¿No es acaso el dolor una sensación que facilita la supervivencia? 

Y si el dolor es tan difícil de sobrellevar y nos esforzamos en ocultarlo y/o negarlo, ¿Existe algún sentido para el? 

Mientras reviso los escritos de estos últimos 6 meses y leo mis reflexiones acerca del dolor, el desarraigo, la nostalgia y las ganas de una lobotomía emocional, pensaba: a lo largo de la vida vivimos experiencias a veces buenas, a veces malas, algunas como para alimentar el camino que significa vivir, y otras como para dejarlas olvidadas en algún recodo del trayecto. 

Sin duda hay de todo, aun así, todas esas experiencias, ¿podrían ser la posibilidad de aprender y enriquecer las nuevas situaciones que vienen? De alguna forma si nos atrevemos a mirar el dolor en perspectiva, tal vez la lobotomía no sea necesaria, porque tenemos la posibilidad de ver el aprendizaje que significo, lograríamos perdonarnos y seguir adelante con una carga menos pesada y con estrategias más sanas y menos evasivas e invasivas de enfrentar el dolor.